Memorare for Life/ Memorare por la Vida

To Life! To Truth! To Beauty! To Goodness! To Mercy! To Repentance! To Healing! To Reconciliation! To The Ultimate and Absolute of Holy Communion with the Persons of the Trinity and with One Another! And back to Life - To Eternal Life! Let 2019 Be the Year!
To arms! We are at war with death, the father of lies, the prince of darkness, the accuser, the murderer; with sin: hatred, bitterness, unforgiveness, fear, despair, pride, misdirected anger, lust, envy, self-indulgence, greed, and spiritual-laziness.
Take heart! God so loves the world that He gives us Himself by giving us His only Son! Jesus gives us Himself totally! He has crushed the head of our enemy, the devil, and broken his power over us. He offers us His Friendship and His Victory and invites us to live on His Winning Team, the One, Holy, Catholic and Apostolic Church! God offers us powerful offensive weapons against “the world, the flesh and the devil:” the Sacraments, the Sign of the Cross, “No in the Name of Jesus!,” the Our Father, the Hail Mary, twenty meditations on the Mysteries of our Salvation - the Rosary, the St. Michael the Archangel Prayer, and more.
In this month of January, as we approach the tragic date when the protection of our civil law was lifted from human life in the womb, it is more important than ever to pray for an end to abortion, in our country and in the world.
Prayer is powerful. And prayer to God through the Blessed Virgin Mary is even more powerful. Let us join together in 2019 to pray two hundred million “Memorares,” for the protection of human life, from the moment of conception to a natural death. (a call to arms by Fr. Rocky on Relevant Radio, 1250 AM).
Remember O most gracious Virgin Mary, that never was it known, that anyone who fled to thy protection, implored thy help, or sought thy intercession, was left unaided. Inspired by this confidence, I fly unto thee, O Virgin of Virgins, my Mother. To thee I come, before thee I stand, sinful and sorrowful. O Mother of the Word Incarnate, despise not my petitions, but in thy mercy, hear and answer me, Amen.
 
Baptismal Blessings, Fr. John 

¡A la Vida! ¡A la Verdad! ¡A la Belleza! ¡A la Bondad! ¡A la Misericordia! ¡Al Arrepentimiento! ¡A la Sanación! ¡A la Reconciliación! ¡A la Última y Absoluta Santa Comunión con las Personas de la Trinidad y con una y otra! Y de vuelta a la Vida  – ¡A la Vida Eterna! ¡Deja que el 2019 sea el Año!
¡A las armas! Estamos en guerra con la muerte, el padre de las mentiras, el príncipe de las tinieblas, el acusador, el asesino; con el pecado: el odio, la amargura, la falta de perdón, el miedo, la desesperación, el orgullo, la ira mal dirigida, la lujuria, la envidia, la autocomplacencia, la codicia y la pereza espiritual.
¡Tomar el corazón! ¡Dios ama tanto al mundo que se nos da a nosotros mismos al darnos a su único Hijo! ¡Jesús se nos da totalmente! Él ha aplastado la cabeza de nuestro enemigo, el diablo, y ha roto su poder sobre nosotros. Él nos ofrece su amistad y su victoria y nos invita a vivir en su equipo ganador, la Iglesia Única, Santa, Católica y Apostólica. Dios nos ofrece poderosas armas ofensivas contra “el mundo, la carne y el diablo”, los Sacramentos, la Señal de la Cruz, “¡No en el nombre de Jesús!”, El Padre Nuestro, el Ave María, veinte meditaciones sobre los Misterios de nuestra Salvación: el Rosario, la Oración de San Miguel Arcángel y más.
En este mes de Enero, cuando nos acercamos a la fecha trágica cuando la protección de nuestra ley civil se levantó de la vida humana en el útero, es más importante que nunca orar por el fin del aborto, en nuestro país y en el mundo.
La oración es poderosa. Y la oración a Dios a través de la Santísima Virgen María es aún más poderosa. Unámonos en 2019 para rezar doscientos millones de "Memorares", por la protección de la vida humana, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural. (una llamada a las armas por parte del Padre Rocky en Relevant Radio, 1250 AM).
​Acordaos, oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que hayan acudido a tu protección, implorando tu asistencia y reclamando tu socorro, haya sido abandonado de ti. Animado por esta confianza, a ti también acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante tu presencia soberana. No deseches mis humildes suplicas, oh Madre del Verbo divino, antes bien, escúchalas y acógelas benignamente. Amén.
 
Bendiciones Bautismales, Fr. John