The family that prays together, stays together/ La familia que ora unida, permanece unida.

What is a good way for a family to pray together? Mary, Our Lady of Lourdes, says, “Pray the Rosary daily.” The rosary is a “clock” that helps us take time to meditate on the principal mysteries of our salvation. The Rosary helps us take time to receive the many graces God wants to pour into our hearts for the sanctification of our lives and our perfection in Charity. What follows is an excerpt from the journal of a Benedictine monk, from a recently published book called, In Sinu Jesu. This Latin title refers to the Last Supper where, John, the beloved disciple, lays his head “on the bosom of Jesus.” The words that follow are spoken to the priest (and to us) in the voice of Jesus.
There is no problem or difficulty that cannot be solved or resolved by faithful persevering recourse to My Mother’s most holy Rosary. The Rosary is my Mother’s gift to the poor and to the simple, to the little ones who alone are capable of hearing the Gospel in all its purity and of responding to it with a generous heart. It is to such as these – the child-like and the weak, the poor and the trusting – that the Rosary is given. It is to such as these that the Rosary belongs.
There is no suffering that cannot be borne peacefully, so long as a soul is praying the Rosary. Through the Rosary, all the grace and power of My mysteries passes through My Mother’s Immaculate Heart into the hearts of the little ones who invoke her, repeating the angel’s “Ave” over and over again. There are illnesses that can be cured through the Rosary. There are clouds of darkness and confusion that only the Rosary can disperse, and this because it is My Mother’s favorite prayer, a prayer that originated in the heights of heaven and was carried to earth by My Archangel, a prayer echoed and amplified in the Church through the ages, a prayer loved by all my saints, a prayer of disarming power and of immense depth. … Listen, then, to My Mother’s plea in so many places. Listen to her. Take her plea to heart, pray her Rosary and, for you as for her, My Father will do wondrous things.
 
Rosary Blessings, Fr. John 

¿Cuál es una buena manera de que una familia ore junta? María, Nuestra Señora de Lourdes, dice: “Reza el Rosario diariamente.” El Rosario es un “reloj” que nos ayuda a tomarnos el tiempo para meditar en los principales misterios de nuestra salvación. El Rosario nos ayuda a tomarnos el tiempo para recibir las muchas gracias que Dios quiere derramar en nuestros corazones para la santificación de nuestras vidas y nuestra perfección en Caridad. Lo que sigue es un extracto de la revista de un monje Benedictino, de una publicación de un reciente Libro llamado, In Sinu Jesu. Este título en Latin se refiere a la Última Cena donde, Juan, el discípulo amado, reposa su cabeza “en el seno de Jesús". Las palabras que siguen se dirigen al sacerdote (y a nosotros) en la voz de Jesús.
No hay ningún problema o dificultad que no pueda ser solucionado o resuelto por el fiel y perseverante recurso al El Santísimo Rosario de Mi Madre. El Rosario es el regalo de mi madre a los pobres y a los sencillos, a los pequeños quienes solos son capaces de escuchar el Evangelio en toda su pureza y de responder a él con un corazón generoso. Es en este tipo de cosas, como las de los niños y los débiles, los pobres y los que confían, que se da el Rosario. Es a tales como estos a los que pertenece el Rosario.
No hay sufrimiento que no pueda soportarse pacíficamente, mientras que un alma esté rezando el Rosario. Mediante el Rosario, toda la gracia y el poder de Mis misterios pasa a través del Corazón Inmaculado de Mi Madre hacia los corazones de los pequeños que la invocan, repitiendo el " Ave"  del ángel una y otra vez. Existen Enfermedades que pueden curarse a través del rosario. Hay nubes de oscuridad y confusión que solo con El rosario pueden dispersarse, y esto es porque la oración favorita de Mi Madre, una oración que se originó en el Alturas del cielo y fué llevado a la tierra por Mi Arcángel, una oración que se hizo eco y se amplificó en el Iglesia a través de los siglos, una oración amada por todos mis santos, una oración de poder desarmador y de inmensa profundidad. … Escucha, entonces, la súplica de Mi Madre en tantos lugares. Escúchala. Toma su súplica en el corazón, reza su Rosario y, para ti y para ella, mi Padre hará maravillas.
 
Bendiciones, Fr. John